
POESÍA ESPAÑOLA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVI.
LA LITERATURA RELIGIOSA.
La literatura religiosa alcanzó grandes cimas en el Renacimiento español, con los movimientos ascético y místico. El ascetismo tiende al perfeccionamiento del hombre, mientras que la mística trata de expresar los prodigios que se producen en el alma de algunos privilegiados que entran en comunicación con Dios. Ambos movimientos se manifestaron en verso, pero también en prosa. Nuestro máximo poeta místico fue San Juan de la Cruz, y dentro de la poesía ascética destaca Fray Luis de León.
FRAY LUIS DE LEÓN.
Fraile agustino, nació en Belmonte (Cuenca) en 1527, y falleció en Madrigal , en 1591. Hombre de gran cultura, desempeñó varias cátedras en la Universidad de Salamanca. Sufrió un proceso inquisitorial por traducir el Cantar de los Cantares, contraviniendo así los acuerdos del Concilio de Trento, y permaneció en prisión casi cinco años, completamente aislado. Tras su liberación, se reincorporó a las aulas, con su famosa frase “Decíamos ayer…”.
Escribió tanto en prosa como en verso.
De sus obras en prosa, destacan:
· De los nombres de Cristo, serie de comentarios con los que se designa a Cristo en las Escrituras.
· La perfecta casada es un tratado de las virtudes que debe poseer la mujer; refleja las costumbres y tipos de la época: la mujer hacendosa, la habladora, la callejera, la chismosa…
· Exposición del Libro de Job, traducción y reflexión sobre el libro bíblico de Job, a través de los que va expresando su estado de ánimo: ira contra la injusticia (lo comenzó en prisión), desesperación, resignación y perdón.
Como poeta, su obra fue publicada por primera vez por Francisco de Quevedo en 1631; hasta entonces, su obra había circulado manuscrita. Fue muy humilde con respecto a su poesía:
“…en mi mocedad y casi en mi niñez, se me cayeron como de las manos estas obrecillas, a las que me apliqué más que por inclinación de mi estrella que por mi voluntad”.
Su producción no sobrepasa los cuarenta poemas, no muy extensos, además de algunas traducciones de textos latinos, italianos y bíblicos.
Podemos clasificar su obra original en:
1. Odas morales:
-Vida retirada, en la que sigue el tópico del Beatus Ille de Horacio (Dichoso aquél…), obra en que elogia el campo donde se logra la paz del espíritu.
-Noche serena, que presenta la añoranza de la gloria ante la contemplación del cielo estrellado.
-A Salinas, obra de raíces platónicas, en la que se plantea que el arte eleva el alma y la mueve a la contemplación del bien divino).
-Otras composiciones, como Al apartamiento, A Elisa… basadas en el Carpe Diem.
2. Odas religiosas:
-En la Ascensión, donde el poeta expresa su sentimiento de soledad por la partida del Señor.
-Morada del cielo, visión de la gloria en un ambiente de paz, con la alegoría del buen pastor.
-A Nuestra Señora, A todos los santos, A Santiago.
3. Odas profanas:
-Profecía del Tajo, sobre la pérdida de España.
En sus primeras composiciones, refleja la moda petrarquista en unos pocos sonetos, de los que se conservan cinco. No parecen mostrar una pasión amorosa sentida; son meros ejercicios de poesía. No se encuentran entre sus mejores composiciones. Podemos destacar “Agora entre la aurora se levanta”. Sólo encontró sus temas fundamentales cuando comenzó a sentir el mundo como una prisión, como un destierro. La soledad del alma producen el olvido del dolor pues la conducen hacia verdades eternas, por eso alaba la tranquilidad del campo. Su motivo capital es la nostalgia del cielo, el deseo de alcanzar la felicidad en la contemplación de Dios. Para plasmar estos temas (el desdén por las cosas terrenas y el ansia de la vida eterna) usó como forma la oda.
Su estilo es, en consonancia con los cánones de la época, muy sobrio. Utiliza sencillos recursos estilísticos, adjetivación elemental, ausencia de cultismos, vocabulario usual. Su concepción del idioma, afirma que nuestra lengua
“no es dura ni pobre, como algunos dicen, sino de cera y abundante para los que la saben tratar”.