martes, 22 de marzo de 2011

La guerra civil en Nada

Los efectos de la Guerra Civil en la sociedad española:
alusiones en Nada de Carmen Laforet
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© Claudia O. Tovar
Texas Tech University

Más allá de las alusiones explícitas a la Guerra Civil española, la novela Nada (1945) de Carmen Laforet, muestra a través de sus personajes, del ambiente y de la narración en general, los efectos desastrosos que el conflicto bélico dejaría a la España de los años cuarentas. En ese sentido, este ensayo analizará, el reflejo de dicho acontecimiento histórico en el primer trabajo literario de, en ese entonces, la joven y desconocida escritora.

En primer lugar, conviene aclarar las circunstancias bajo las cuales se encontraba la novela de la posguerra. Por una parte, el aislamiento político (mismo que imposibilitó el acceso a las fuentes culturales extranjeras) y, por la otra, la censura (Barrero 50).

En general, las novelas de los años posteriores a la Guerra Civil demostraron una total dependencia de las tendencias vigentes en el primer tercio del siglo. Con todo, el exilio, la represión y la censura crearon un panorama precario, agravado por las penurias editoriales y por el empobrecimiento intelectual del país.

Como ya se ha dicho, Nada fue la primera obra literaria de Carmen Laforet. A grandes rasgos, “[l]a novela narra el agotamiento de las clases medias, su falta de perspectivas tras la guerra y la confusión que les produce la falsa identidad que deben asumir en un mundo regido por el deber ser y la apariencia” (De la Fuente 12). Nada es, además, una obra triste, desalentadora, de tono sombrío y existencial, que refleja el desolado mundo de la posguerra desde una perspectiva pesimista.

En opinión de Rafael Bosch esta novela es “de interés puramente histórico” (130). Sin embargo, no es así, ya que en ella “la guerra está presente ya como hechos narrados, ya como fondo histórico o marco de referencias” (Wu 165). Además, el trabajo de Laforet realza su valor literario al utilizar los recursos técnicos de la novelística de la época, que le dan vida a los personajes y mediante los cuales la autora expone sus ideas. Cabe agregar que Nada no refleja aspectos ideológicos y políticos sino que centra su atención en los aspectos de la vida individual y social (141). En la narración, Carmen Laforet destaca el papel de la familia, el ambiente, la psicología, el modo de ser y de conducirse de los personajes y el medio social en que se desenvuelven (145).

[L]a guerra se puede encontrar entre las líneas, y en la forma de una obsesión por señalar constantemente las consecuencias destructivas como los desequilibrios psicológicos, la economía arruinada, la miseria y el miedo. La guerra no se representa mediante la relación conflictiva entre los vencedores y los vencidos u opresores y víctimas, sino que más bien se manifiesta a través de una realidad catastrófica que se refleja en la vida cotidiana española de la posguerra. (165)

Manuel José Ramos resume de la siguiente manera las circunstancias de la sociedad española en la posguerra:

[Fueron] años marcados en la misma proporción, por la desesperanza y la esperanza y, al mismo tiempo, por el miedo, la censura, el autoritarismo, la falta de libertades, el hambre, las cartillas de racionamiento, el frío, la censura de libros y de películas. En definitiva, la época más negra que, desde todos los puntos de vista, se ha vivido en España en este último siglo. (290)

De igual manera, la novela muestra una España dividida por el conflicto bélico, un ambiente en el que las personas luchan por sobrevivir, pero sin tener un futuro claro. Así, algunos personajes en Nada, reflejan las reminiscencias de la guerra que Ramos menciona, por ejemplo, el carácter controlador de Juan, parece remitirnos al autoritarismo impuesto por el gobierno franquista. Además, se puede percibir que la tía Angustias representa el control, cuando Andrea comenta: “sujeta por su mano, así tenía que permanecer” (Laforet 19). Randolph Pope, por su parte, asegura que Nada, “casi se atreve a diagnosticar la Guerra Civil como el origen del desquiciamiento de los personajes” (17). Por ejemplo, en un momento dado, Angustias, refiriéndose a la abuela dice “[c]on los sufrimientos de la guerra, que aparentemente soportaba tan bien, ha enloquecido” (Laforet 74).

La falta de libertades, de opciones de vida, especialmente para la mujer, también es un tema evidente en esta novela, en particular, en el siguiente diálogo entre Andrea y Angustias:

ANDREA. ¿Según tú una mujer no puede casarse, no tiene más remedio que entrar en el convento?

ANGUSTIAS. No es ésa mi idea.

(Se removió inquieta)

ANGUTIAS. Pero es verdad que sólo hay dos caminos para la mujer. Dos únicos caminos honrosos…Yo he escogido el mío, y estoy orgullosa de ello. He procedido como una hija de mi familia debía hacer. Como tu madre hubiera hecho en mi caso. Y Dios sabrá entender mi sacrificio… (72)

Así, el personaje de la tía Angustias representa la represión, la censura, la falta de libertad de la época tanto por lo que fue su vida, como por lo que espera sea la de su sobrina Andrea.

Durante el período histórico que nos ocupa, “[e]l régimen promovía una imagen ‘ideal’ de mujer como ‘eterna’, pasiva, pía, pura, sumisa mujer-como-madre para quien la abnegación propia era el único camino hacia la satisfacción verdadera” (Donapetry 75). De manera que, la mujer que tenía deseos e ideas propias e independientes con respecto a sus funciones maternas, estaba condenada a “no ser”, pero si era una mujer como el régimen indicaba, tenía que ser ella misma lo menos posible en favor de los hombres, quienes representaban el centro de su existencia (84). En ese sentido, Gloria lleva consigo un tanto cuanto un grado de abnegación que hace que se niegue a sí misma como ser individual. Gloria vive en la casa de la calle Aribau, bajo un constante miedo, y a la vez en una actitud pasiva, que no le permite modificar su vida angustiosa y de sufrimiento, oprimida por los arranques violentos de su esposo. Esto es evidente “cuando Gloria se queja a Andrea de la locura de Juan, aquel hombre atormentado que la golpea y del que no puede huir, simplemente porque no vislumbra su vida de otro modo” (De la Fuente 55).

¿Y cómo se puede huir cuando el hombre tiene una navaja y unas piernas para seguirte hasta el fin del mundo? ¡Ay, chica, tú no sabes lo que es tener miedo!... […]. Y si siempre fuera malo, chica, yo le podría aborrecer y sería mejor. Pero a veces me acaricia, me pide perdón y se pone a llorar como un niño pequeño… Y yo, ¿qué voy a hacer? Me pongo también a llorar y me entran los remordimientos…, porque todos tenemos nuestros remordimientos, hasta yo, no creas. (Laforet 189)

Otro de los aspectos que estaba mal visto en la mujer, era el hecho de fumar. “Fumar era un gesto desafiante y llamativo que rompía con el ideal de discreción que se exigía a la mujer” (De la Fuente 50). En el personaje de Andrea, es evidente que el fumar es un acto de rebeldía:

ROMAN. Ya sé que te gusta fumar.

ANDREA. No; pues no me gusta.

ROMAN. ¿Por qué me mientes a mí también?

[……………………………………..]

ANDREA. Pues no me gusta fumar. En el pueblo lo hacía expresamente

para molestar a Isabel, sin ningún otro motivo. Para escandalizarla,

para que me dejara venir a Barcelona por imposible. (Laforet 26)

En España la gente tenía que vivir bajo las políticas represoras del gobierno. Esa era una de las razones por las que la Guerra Civil fue “una época de miedo pero también de esperanza” (Ramos 303). Al viajar rumbo a Barcelona, Andrea representa la esperanza de encontrar una vida mejor, representa a las personas que salieron de su ciudad de origen para escapar de los conflictos nacionales. A pesar de que durante todo ese año en la casa de la calle Aribau, no pasa nada, la protagonista renace al salir de allí rumbo a Madrid para vivir con su amiga Ena. “La carta de Ena me había abierto, y esta vez de una manera real, los horizontes de la salvación” (Laforet 191).

Las consecuencias de la Guerra Civil también se perfilan en los aspectos económicos de la sociedad. […] [L]a guerra se presenta como la causa directa de las dificultades económicas y familiares que padecen los personajes. Frecuentemente se nota en las alusiones a la escasez material en el periodo de posguerra. (Wu 167)

Respecto a la carestía de víveres, nadie como Inmaculada de la Fuente para describir las circunstancias de la época:

Como en el inicio del Génesis, en los cuarenta no había nada. Ese era el sentir de muchos españoles cuando escudriñaban en sus despensas o se aventuraban a inspeccionar la calle. […] No había nada. Ni víveres suficientes ni perspectivas de futuro. Sólo algunas, pocas, esperanzas. La victoria había traído el orden y la resignación, pero en aquel abril de 1939, todavía envuelto en brumas, la vida seguía detenida y la deseada normalidad se demoraba. En los primeros días de la victoria se anunció el fin de las cartillas de racionamiento impuestas durante la guerra, se normalizó la venta de aceite y de carne y se impusieron los precios anteriores al 18 de julio de 1936, en un intento de borrar de golpe las secuelas de la guerra. Pero la devastación había sido tan honda que, dos meses después, la falta de abastecimiento obligó a las autoridades a racionar de nuevo los alimentos de primera necesidad, lo que no impidió que los mejor relacionados favorecidos acapararan parte de esos escasos y codiciados artículos vendidos en el mercado negro a precios desmesurados. (37)

Raymond Carr en su libro España de la dictadura a la democracia respecto a la autarquía agrega:

Lo que era peculiar y único en la economía española no eran la escasez de suministros y su consecuente racionamiento, ni el control de los precios, sino el grado de ese control, la torpeza del aparato que lo ejercía y la extravagante jerga nacionalista con que las decisiones económicas eran presentadas al público. (71)

Este problema económico-social por el que España atravesaba, aparece en la novela Nada, obra que “simbolizaba la miseria y la oscuridad de los años del estraperlo y el hambre…” (De la Fuente 11). En la narración, Gloria es un elemento medular, ya que representa “las estrategias para combatir el hambre y luchar por la supervivencia…(77).

La lucha por la supervivencia económica también la refleja Angustias, pues representa además, al grupo de españolas solteras que “se mostraban diligentes en trabajar” (38), pues era quien se encargaba de mantener a la familia.

En la novela, el hambre, la necesidad económica y la pobreza son hechos indiscutibles a los que Carmen Laforet alude en varias ocasiones, particularmente en el personaje de Andrea, la protagonista. Para muestra baste el siguiente pasaje de la narración:

Angustias examinando mis zapatos [los de Andrea], cuyo cuero arrugado como una cara expresiva delataba su vejez, señaló las suelas rotas que rezumaban humedad y dijo que yo había cogido un enfriamiento por llevar los pies mojados.

ANGUSTIAS. Además, hija mía, cuando se es pobre y se tiene que vivir a costa de la caridad de los parientes, es necesario cuidar más las prendas personales. Tienes que andar menos y pisar con más cuidado… (40)

Como se ha podido observar hasta ahora, la Guerra Civil significó una ruptura de la continuidad histórica, ideológica, cultural y moral de la vida española que provocó una conciencia de discontinuidad. La gente vivía desorientada a causa de la dislocación en la sociedad producida por el conflicto civil. Este hecho aumentó la necesidad de mucha gente del auxilio de la religión. Por su parte, el catolicismo, contaba con autoridad para intervenir en la vida social, y, por eso, la Iglesia católica se afianzó como una fuerza política en la España de la posguerra. Como consecuencia, los aspectos sociológicos e institucionales de la Iglesia se convirtieron en una fuerza dominante de la época (Wu 155-56).

En la novela de Carmen Laforet, hay varias alusiones a la religión católica. Por ejemplo, cuando Angustias se despide bendiciendo a la familia como una santa y posteriormente, al partir el tren en que viajaba, se santigua. Sin embargo, es importante aclarar que:

los aspectos religiosos manifestados […] carecen de valor teológico y bíblico, y se presentan cargados de un sentido social, porque el enfoque religioso radica en un ambiente determinado por la situación histórica y política de la posguerra. (164)

Por eso, lo que hace Laforet es, dirigir su atención a “los valores morales de la cristiandad dentro del contexto social” (164).

En conclusión, fueron muchos los efectos desastrosos causados por la Guerra Civil española. Algunos de ellos como la represión, el desquiciamiento, el autoritarismo, la falta de libertades, la pobreza, el hambre y la función social de la religión católica han sido desarrollados en la narración, unas veces explícita y otras sutilmente a través de la escritura sencilla de Carmen Laforet, quien, al ser partícipe de los terribles acontecimientos históricos, no ha dejado de aludir a lo inexpresable en su primera obra literaria tan acertadamente titulada Nada.

El texto narrativo

LA HISTORIA | EL ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS |
EL NARRADOR Y EL PUNTO DE VISTA | LOS PERSONAJES |
EL TIEMPO | EL ESPACIO | EL RECEPTOR

Narrar es contar. La narración es un tipo de texto en el que se cuentan hechos reales o imaginarios. Al abordar el análisis de los textos narrativos es necesario estudiar la historia y las acciones que la componen (argumento), los personajes que las llevan a cabo, el tiempo y el espacio donde se desarrollan, cómo se ordenan todos estos elementos (estructura) y desde qué punto de vista se cuentan.

LA HISTORIA

La mayor parte de los relatos presenta una acción principal y varias secundarias. Estas acciones se combinan entre sí, alternando su aparición y entrecruzando sus desarrollos para conformar el ritmo de la narración.

Un relato presenta distinto ritmo narrativo según el procedimiento de encadenamiento de secuencias que se emplee:

CONDENSACIÓN: Los acontecimientos se cuentan de una manera condensada. Muchas veces se recurre a la elipsis narrativa. La condensación es un recurso imprescindible en aquellas historias cuya acción presenta una dilatada duración temporal.
EXPANSIÓN: El relato se demora e incluso se detiene para incluir elementos complementarios a la acción, tales como descripciones. Es un procedimiento característico de la novela psicológica, donde la acción se ralentiza para prestar atención a los rasgos de personalidad o a las actitudes de los distintos personajes.

ORDEN DE LOS ACONTECIMIENTOS


La primera finalidad del narrador es dar a conocer la historia de un modo comprensible para el lector. Por ello, muchos relatos se organizan con sencillez siguiendo un orden; pero en no pocas narraciones esa ordenación sufre modificaciones.

El autor puede acelerar o ralentizar la acción a su conveniencia, detenerla para dejar que hablen los personajes, anticipar o posponer hechos, ocultar datos y reservarlos para el momento oportuno, ofrecer pistas falsas, centrar la atención en determinados aspectos con menosprecio de otros, etc.

Del tratamiento de la acción se deriva la tensión narrativa. Esta puede suscitar en el lector diversos estados emocionales (expectativa, incertidumbre, intriga, serenidad…)

En una narración se distingue la ESTRUCTURA EXTERNA y la ESTRUCTURA INTERNA :

La primera organiza el contenido de la historia en capítulos, partes, tratados, secuencias…; la segunda, depende del orden de los acontecimientos.

Teniendo en cuenta el orden de los acontecimientos de la narración, pueden darse diferentes estructuras narrativas:

LINEAL O CRONOLÓGICA: El orden del discurso sigue el orden de la historia.
IN MEDIAS RES (expresión latina “en medio del asunto”): El relato empieza en medio de la narración, sin previa aclaración de la historia. Se trata de un comienzo abrupto empleado para captar la atención del lector.
RUPTURA TEMPORAL:
Flash-back (retrospección o analepsis): El narradortraslada la acción al pasado.
Flashforward (anticipación o prolepsis): El narrador anticipa acciones, se adelanta en el tiempo.
Contrapunto: Varias historias se entrecruzan a lo largo de la narración.
Circular: El texto se inicia y se acaba del mismo modo.


NARRADOR Y PUNTO DE VISTA


El narrador es un elemento más, como lo son la historia o los personajes. Ha sido creado por el autor para que lleve a cabo la misión de contar la historia. La caracterización del narrador dependerá de la información de que disponga para contar la historia y del punto de vista que adopte.

Se puede narrar una historia

DESDE LA 3ª PERSONA
Narrador omnisciente ( que todo lo sabe): Aquel cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes… La omnisciencia admite distintos grados de implicación, a veces, incluye intervenciones y comentarios del narrador o apela al lector.
Narrador observador: Sólo cuenta lo que puede observar. De modo parecido a como lo hace una cámara de cine, el narrador muestra lo que ve.

DESDE LA 1 ª PERSONA
Narrador protagonista: El narrador es también el protagonista (autobiografía real o ficticia).
Narrador personaje secundario: El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos. A veces,los testigos son varios (multiperspectivismo, punto de vista caleidoscópico).

DESDE LA 2 ª PERSONA
Supone un desdoblamiento del yo. El narrador crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.


LOS PERSONAJES


Los personajes son el elemento fundamental de la narración, el hilo conductor de los hechos. Estos se organizan, según su grado de participación en la historia, en personajes principales, secundarios y comparsas.

El protagonista es el centro de la narración. Puede ser un individuo, varios o una colectividad. Es un personaje redondo, es decir, evoluciona a lo largo de la novela. A veces,se le opone un antagonista.
El secundario es un personaje plano que no evoluciona. La mayoría de las veces responde a un arquetipo.
Los comparsas (o extras) son meros elementos presenciales.

Existen dos maneras de caracterizar a los personajes:

La caracterización directa permite conocer a los personajes a partir de los datos que proporciona el narrador u otro personaje del relato.
La caracterización indirecta permite deducir cómo son a través de sus pensamientos, comentarios, acciones, reacciones, gestos, etc.



En un relato, las voces de los personajesse dejan oír a través de los modelos de cita conocidos como estilo directo, estilo indirecto y estilo indirecto libre.

ESTILO DIRECTO: Sirve para reproducir textualmente las palabras de un personaje (Juan pensó: “aquí no aguanto yo dos días”).
Se construye mediante la yuxtaposición de dos segmentos: el marco de la cita, que se vale de los verba dicendi( Juan pensó) y la cita propiamente dicha (“aquí no aguanto yo dos días”).
ESTILO INDIRECTO: En este caso se acomodan las palabras de alguien a una nueva situación comunicativa (Juan pensó que allí no aguantaba él dos días ).
La cita se introduce por una conjunción (“que”, “si”, “cuándo”…) y sufren cambios las formas pronominales, los deícticos de tiempo y espacio y el tiempo verbal.
ESTILO INDIRECTO LIBRE: El narrador en tercera persona, recoge las palabras o pensamientos de los personajes como si fuera en estilo directo; pero, en este caso, las palabras se insertan sin el verbum dicendi, sin los nexos y sin las marcas tipográficas (La situación era caótica. Allí no aguantaba él dos días.”)
EL MONÓLOGO: Es una variante en la que un personaje habla consigo mismo. Esta forma deja entrever el interior del personaje, sus sentimientos, sus emociones… Aunque lo normal es el uso de la primera persona, también se utiliza la segunda cuando se desdobla y habla consigo misma.


EL TIEMPO


Cuando se analiza el tiempo de la narración conviene tener en cuenta esta distinción:

EL TIEMPO EXTERNO O HISTÓRICO: Es la época o momento en que se sitúa la narración. Puede ser explícito o deducirse del ambiente, personajes, costumbres, etc.
EL TIEMPO INTERNO: Es el tiempo que duran los acontecimientos narrados en la historia. Puede ser toda una vida o varios días. El autor selecciona los momentos que juzga interesantes y omite (elipsis =saltos temporales) aquellos que considera innecesarios.


EL ESPACIO


El espacio es el marco físico donde se ubican los personajes y los ambientes geográficos y sociales en los que se desarrollan las acciones.
Así habrá que distinguir entre espacios exteriores o abiertos e interiores o cerrados.
Con frecuencia, el espacio no es un simple decorado sino que llega a determinar el comportamiento de los personajes, a reflejar el estado anímico de éstos e incluso a constituirse en eje central del relato.




EL RECEPTOR


La consideración del receptor en el proceso comunicativo es importante, pues conviene distinguir dos tipos de receptores:

EL DESTINATARIO: El lector a quien el autor destina su obra. Se trata de un receptor externo al texto que determina el proceso de creación, pues el creador tiene presente al público al que se dirige.
EL NARRATARIO: Es un sujeto o colectividad concreta a quien el narrador cita explícitamente y le cuenta la historia. Es un receptor interno al relato, un artificio narrativocon el que se concreta y personaliza la historia.



lunes, 21 de marzo de 2011

Bécquer y Alberti




Compara la Rima XXIX de Bécquer con el poema "La niña rosa, sentada" de Marinero en tierra de R. Alberti.

miércoles, 16 de marzo de 2011


EJERCICIOS DE SELECTIVIDAD A PROPÓSITO DE NADA


1. Comente el siguiente pasaje de la novela Nada, de Carmen Laforet, destacando su
significación en la obra. [5 puntos: 3 para el contenido y 2 para la capacidad de
argumentación y la cohesión del comentario]
La abuelita hablaba también, como siempre, de los mismos temas. Eran hechos recientes, de
la pasada guerra, y antiguos, de muchos años atrás, cuando sus hijos eran niños.
En mi cabeza, un poco dolorida, se mezclaban las dos voces en una cantinela con fondo de
lluvia y me adormecían.
ABUELA.—No había dos hermanos que se quisieran más. (¿Me escuchas, Andrea?)No había dos
hermanos como Román y Juanito… Yo he tenido seis hijos. Los otros cuatro estaban siempre
cada uno por su lado, las chicas reñían entre ellas, pero estos dos pequeños eran como dos
ángeles… Juan era rubio y Román muy moreno, y yo siempre los vestía con trajes iguales. Los
domingos iban a misa conmigo y con tu abuelo… En el colegio, si algún chico se peleaba con
uno de ellos, ya estaba el otro allí para defenderle.
Román era más pícaro…, pero ¡cómo se querían! Todos los hijos deben ser iguales para una
madre, pero estos dos fueron sobre todos para mí… como eran los más pequeños… como
fueron los más desgraciados… Sobre todo Juan.
GLORIA.—¿Tú sabías que Juan quiso ser militar y, como le suspendieron en el ingreso
de la Academia, se marchó a África, al Tercio, y estuvo allí muchos años?
Se trata del único pasaje de la obra en que los personajes dialogan en estilo directo, de modo casi
teatral, puesto que al principio de cada turno aparece el nombredel personaje que interviene. El texto
presenta una estructura bipartita: tras un pasaje inicial narrativo, puesto en boca de la narradoraprotagonista,
en primera persona del singular y en pretérito imperfecto, siguen dos intervenciones de un
diálogo. En ambas se hace referencia a Andrea, que escucha medio adormecida. El pasaje de la abuela,
caracterizado por un lenguaje sencillo y expresivo (interrogación de carácter fático, una exclamación, los
puntos suspensivos), sirve para presentar al lector la descendencia completa de la abuela y para mostrar
la plácida relación infantil entre Juan y Román, tan distinta de la actual. Alterna partes descriptivas con
otras narrativas, y los reiterados puntos suspensivos sirven para indicar que la anciana sigue meditando y
para marcar el ritmo pausado de sus recuerdos. Gloria, por su parte, no continúa con el asunto
explicado por la abuela y da inicio a otro, dirigiéndole una pregunta a Andrea.
Los dos puntos restantes se adjudicarán según la capacidad de argumentación, la coherencia
del discurso, la fluidez expresiva y, en definitiva, la cohesión y articulación del comentario.
2. Sitúe la novela Nada en el panorama narrativo de la posguerra española.
[2,5 puntos]
3. Interprete y justifique la siguiente observación del crítico Gonzalo Sobejano acerca de
la novela Nada y del significado de su título: «Bajo la apariencia misteriosa se oculta la
vileza y al fondo de la esperanza está la nada». [2,5 puntos]
4.Comente el siguiente pasaje de Nada, de Carmen Laforet, destacando su significación
en la obra. [5 puntos: 3 para el contenido y 2 para la capacidad de argumentación y la
cohesión del comentario]
Miré el reloj instintivamente.
— Me oyes como quien oye llover, ya lo veo… ¡Infeliz! ¡Ya te golpeará la vida, ya te triturará,
ya te aplastará! Entonces me recordarás… ¡Oh! ¡Hubiera querido matarte cuando pequeña
antes de dejarte crecer así! Y no me mires con ese asombro. Ya sé que hasta ahora no has
hecho nada malo. Pero lo harás en cuanto yo me vaya… ¡Lo harás! ¡Lo harás! Tú no dominarás
tu cuerpo y tu alma. Tú no, tú no… Tú no podrás dominarlos.
Yo veía en el espejo, de refilón, la imagen de mis dieciocho años áridos, encerrados en una
figura alargada, y veía la bella y torneada mano de Angustias crispándose en el respaldo de
una silla. Una mano blanca, de palma abultada y suave. Una mano sensual, ahora desgarrada,
gritando con la crispación de sus dedos más que la voz excitada de mi tía.
Empecé a sentirme conmovida y un poco asustada, pues el desvarío de Angustias amenazaba
abrazarme, arrastrarme también.

Día mundial de la poesía


El 21 de marzo se celebra el día mundial de la poesía y pensamos que la mejor manera de celebrarlo es compartiendo nuestros poemas "especiales". ¿Nos enseñas los tuyos?

viernes, 11 de marzo de 2011

Arqueólogos por un día

Descubre los secretos de la arqueología.